Todo comienza con la selección de las mejores anchoas de las frescas aguas del Mar Cantábrico. Estas joyas pasan por un proceso de maduración de seis meses en sal, desarrollando su sabor y textura únicos. Esta espera no es solo una cuestión de técnica; es un homenaje a generaciones de paciencia y dedicación.
Después de la maduración, las anchoas se pelan y limpian cuidadosamente, asegurando que cada filete esté impecable. Es un proceso meticuloso pero esencial para preservar la calidad y autenticidad.
Luego viene el fileteado a mano, que muestra la destreza generacional. Cada anchoa se maneja expertamente para crear filetes perfectos, honrando el arte de la pesca tradicional.
Finalmente, las anchoas se enlatan para sellar su sabor y calidad. Cada lata no es solo comida; es un testimonio de siglos de conocimiento y experiencia.
Estas Anchoas Cantábricas en Aceite de Oliva son más que un simple placer; son un viaje culinario a través del tiempo, fusionando sabores modernos con tradiciones antiguas. Cada bocado aporta la autenticidad y riqueza de la pesca tradicional Cantábrica a tu mesa.